Condones en la galería

Se celebra en Nueva York una exposición sobre la historia de los condones, de la que me entero leyendo sobre el torero Belmonte en el blog de Concha Baeza.

Pienso en ello y aún recuerdo que "condón" era una palabra tabú en mi juventud. Cuando se autorizó su venta, no todas las farmacias lo vendían. Y aún así, muchos preferíamos cambiar de barrio, o de pueblo, para realizar su compra sin ser reconocidos.

Todo porque la Iglesia se oponía, y aún se opone, a que lo usemos.

Dicen los expertos que el preservativo evita muchas enfermedades de transmisión sexual. Con su uso se salvarían muchas vidas, pero, sorprendentemente, éste no parece un buen argumento para el clero.

Me consta que hay madres, y padres, que evitan cualquier referencia al sexo, llegando a apagar el televisor, incluso en casa ajena, en cuanto intuyen que se acerca el momento de un beso. No existe el mismo celo ante los programas violentos, donde abundan la sangre y los desmembramientos de todo tipo. Tampoco ante ciertos videojuegos que, con todo realismo, invitan al menor a aniquilar cientos y cientos de enemigos.

Una educación bastante incongruente, en mi opinión, que podría estar generando seres insensibles ante el sufrimiento ajeno, e incapaces de amar con normalidad.