lunes, 14 de junio de 2010

Toro busca dueño, desesperadamente

La historia de la valla del toro tiene una segunda parte. Se trata del merchandising, esto es, la venta de camisetas, mecheros, llaveros, gorras, banderas, bolígrafos,... que llevan la marca de una empresa.

En 2001, los de Osborne denunciaron a varios establecimientos sevillanos que se dedicaban a la venta de souvenirs con el toro como reclamo. ¿Seguía siendo el toro una marca de su propiedad? ¿O había pasado a ser un bien cultural y, por lo tanto, pertenecía a todos los españoles?

Evidentemente, olvidaban que la razón que les permite no cumplir la ley que obliga a retirar todas las vallas publicitarias, es la de que el toro había dejado de ser una marca publicitaria para convertirse en un símbolo cultural.

Sorprendentemente, un juez les dio la razón condenando a multas a algunos de los establecimientos.

Sin embargo, M. Teresa Castiñeira, en un estudio que titula 'El denominado toro de osborne', concluye lo siguiente:
  1. la silueta del toro no se reproduce en las camisetas, ceniceros y demás objetos como signo distintivo, es decir, no se utiliza "a título de marca" como decía la anterior Ley de Marcas, sino como un símbolo, por tanto no goza de la protección que la ley otorga a las marcas.
  2. no se aplica sobre productos idénticos o similares a los comercializados por Osborne.
  3. no resulta confundible con los productos de la marca Osborne.
"Los tres elementos", -dice Castiñeira-, "son necesarios para poder exigir responsabilidad penal".

En mi opinión, la firma Osborne se beneficia de dos conceptos antagónicos:
  1. sostener que el toro dejó de ser una marca, lo que les permite seguir haciendo publicidad eludiendo las elevadas multas a los que cualquier empresa se enfrenta.
  2. reivindicar sus derechos de propiedad sobre la marca, cuando ésta se utiliza como símbolo cultural.
La actitud de Osborne demuestra que la utilización del toro sigue ligada publicitariamente a su firma, aún pretendiendo, de un modo oportunista, que se trate ahor de un símbolo cultural. Las vallas deberían ser retiradas pues son, a todos los efectos, señales publicitarias para Osborne.

Pero, si admitiéramos que no es así, y que ahora simbolizan otras ideas, también serían elementos propagandísticos de las mismas, y por ende deberían estar sujetas a la Ley de Carreteras que prohibe su presencia en las mismas.

¿Por qué tanta excepcionalidad? ¿Por qué tantos privilegios?


CASTIÑEIRA PALOU, M. Teresa, 'El denominado toro de Osborne'. InDret. Barcelona, 2006 (En PDF: http://www.indret.com/pdf/360_es.pdf)

2 comentarios:

  1. menudo blog tienes, no se porque pides que se hagan comentarios cuando luego no los publicas, Que triste

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  2. Hola Anónimo,

    Los comentarios se publican automáticamente. Tú mismo acabas de comprobarlo.

    Hasta ahora todo ha funcionado correctamente, pero si tienes algún problema te animo a que lo intentes de nuevo.

    Gracias.

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